DR. JORGE JIMÉNEZ
CANTÚ
Comandante General
“ad vitam” del PDMU
Colaboración: Hector A. Neve Castro
pentapm47
Para grupo: pentas de corazón
Disertación sobre la Historia y Leyes del Pentathlón a los miembros de
la Escuela de Reclutas en el año de 1950.
La Escuela de Reclutas me ha
distinguido, invitándome a platicar con ustedes acerca de un tema
extraordinariamente interesante, el que se refiere a la HISTORIA y LEYES del
PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITAR UNIVERSITARIO. Con gusto hemos aceptado esta
invitación y trataremos que nuestra plática les deje a ustedes un conocimiento
cierto de lo que nuestra Institución es y de lo que nuestra Institución aspira.
El conocimiento de la Historia
del Pentathlón implica varios contenidos que podríamos también dividirlos en
varios capítulos. El primero se refiere a los conmemorativos de la Institución,
los antecedentes que le dieron origen; enseguida su iniciación y sus primeros
pasos, sus personas, su estructura, sus leyes, su Ideario, sus propósitos y sus
esperanzas.
Refiriéndome particularmente a
sus conmemorativos quiero dejar establecido que los motivos que dieron origen a
esta Institución juvenil se fincaron substancialmente en el amor a la Patria, y
en el anhelo de servir a México. Un espíritu de constante inconformidad con lo
existente, una satisfacción muy incompleta de los hechos pasados y de los
hechos presentes motivaron, que un conjunto distinguido de juventud
universitaria aspirara a realizar una tarea honda y trascendente, tarea
dedicada a servir a México a través del entusiasmo y del trabajo de su
juventud. Hasta poco antes de que el Pentathlón Universitario se fundara, los
movimientos juveniles de nuestra historia, fueron fundamentalmente movimientos
de facción, movimientos confesionales o movimientos que abarcaban una
parcialidad de lo que es todo de la juventud. Generalmente los movimientos
llamados juveniles, eran meros movimientos de carácter político, eran
movimientos que tenían la característica del partido y sabemos que las partes
nunca pueden superar el todo.
Se exigía pues, que el movimiento
juvenil mexicano fuera un movimiento de verdadera solidaridad y que tuviera el
carácter de la unidad nacional de su juventud, pero para ello necesitaba estar
desposeído de cualquier espíritu de facción o de cualquier parcialidad dentro
del espíritu, era menester que se reunieran todas las afinidades de carácter
positivo del joven, para así reunidas, agruparlas en un haz de voluntades y de
fuerza. En este sentido, se tuvo que pensar en lo que constituye la
personalidad humana, como una integridad indivisible y al pensar en esa
personalidad humana, se reflexionó en que si al hombre, se le estudia como ente
físico, como ente intelectual, o ente espiritual; este estudio de sus
parcialidades, constituye exclusivamente un artificio, porque el fondo real de
la persona humana es una unidad indivisible, ya que no es ni puramente materia,
ni puramente intelectualidad, ni sólo espíritu, sino reunidas todas estas
fuerzas y todas estas manifestaciones constituyen a la persona humana. Esta
persona humana se debate siempre en un medio, medio que influye en él y que en
muchas ocasiones lo estructura, y lo forma en bien o en mal; pero siempre
determinando características, y en otras ocasiones él puede influir en el medio
y puede en cierto grado modificarlo. Basándonos pues, en todas estas
circunstancias, se pensó que cualquier acción que tuviera como finalidad reunir
a la juventud mexicana, para un trabajo efectivo, se tenía que pensar en todas
las circunstancias complejas, que constituyen la personalidad humana y en todas
las circunstancias que integran su medio ambiente. Así pues, se creó el
Pentatlhón Universitario con la tendencia de dirigirse a la persona en su valer
físico, a la persona en su valer intelectual y a la persona en su valer moral,
en un medio que es el nuestro, con el objeto de capitalizar lo que hubiera de
capitalizar de los valores positivos, y tratando de que ese núcleo de juventud
no solamente fuera un espectador, sino que fuera un actor que creara, y ese
actor que creara influyera notablemente en el medio, pero siempre con tendencia
hacia el bien, de aquí que al platicar y al reunirse distintos núcleos de
jóvenes pretendiendo formar una institución “sui generis”, distinta a todas las
formadas hasta entonces, de fuerza verdaderamente efectiva, se buscó un
conjunto de disciplinas que motivaran un desarrollo físico y que ese desarrollo
físico, paralelamente impulsara un desarrollo intelectual, y una mejoría moral
en la vida actuante de la persona. Tratando de forjar la personalidad del
sujeto habría que aceptar aquellas disciplinas, posiblemente las más duras,
pero aceptarlas voluntariamente, con el objeto de establecer corrientes que
pudieran permitir a la persona, en este caso al joven, sentirse fuerte y capaz
de dominar todos los obstáculos. Dentro de esas disciplinas de carácter físico
se pensó que la disciplina militar era la más aceptable, para el fin que se
proponía; que en esta disciplina, a la par, que existiendo una base de amistad,
existiera una base de respeto y al mismo tiempo, que el joven aprendiera a
mandar, aprendiera a obedecer y que estableciera una reciprocidad inteligente
entre la obediencia y el mando, reconociendo la subordinación y un buen mando,
como un buen un fin y como algo de mucho valer y muy superior; distinto al
concepto de servidumbre, que siempre entraña un valor de carácter negativo. Fue
en la Universidad Nacional de México donde brotaron estas ideas de organizar a
la juventud mexicana.
Fue en la tan querida
Universidad, Universidad tan lastimada y vilipendiada, donde surgieron estas
primeras ideas, que han cundido en toda la República y que tienen 18 años de
estar reuniendo a jóvenes de nuestra Patria.
La Universidad Nacional Autónoma
de México crisol de ideas, cobijó los primeros entusiasmos del Pentathlón
Universitario; siendo una Institución brotada de la Universidad, tendría que
tener un carácter intelectual indiscutible, ese carácter intelectual ha venido
tratándose de superar momento a momento, y día con día, dentro de nuestra
Institución. Se ha podido establecer desde un principio que las características
del hombre son insuperables, cuando tiene una meta intelectual por delante,
bien definida y clara, y estas metas indiscutibles y bien definidas y claras,
se refieren particularmente, a alcanzar no solamente los conocimientos que nos
ilustren acerca de los adelantos de la época, sino a saber justipreciarnos y
aplicarlos a favor de nuestro pueblo, a favor de la marcha evolutiva de nuestro
País. El conocimiento científico no implica pues, exclusivamente un afán de
acumular datos en un afán enciclopédico, en cuyo caso su carácter y su rango
sería inferior, si se refiere particularmente al desarrollo de la
intelectualidad con una finalidad de servicio.
Pero la Universidad de México no
es sólo un laboratorio experimental de ideas, sino la Universidad Nacional
Autónoma de México es un recinto de inquietudes del espíritu. En la Universidad
se dan todos los credos políticos y doctrinarios y una de sus premisas más
valiosas que sustenta, es la que se refiere a la LIBERTAD DE PENSAMIENTO.
El Pentathlón Universitario
considerando que este es uno de los valores indiscutibles de nuestra
Universidad Nacional, no podía ser oponente a lo que ha considerado como valor
indiscutible y la libertad de pensamiento y la libertad de creencia y la
libertad de credo político, constituyen dentro del Pentathlón Universitario una
norma y una línea de conducta. Esta organización que nació como organización
apolítica, no tiene el carácter de antipolítico sino de apolítica porque no
define un credo político en especial y así obliga a todos sus componentes para
que participen en él. Es apolítica y dentro de su seno se exige el respeto a
todas y cada una de ellas. Dentro del Pentathlón , desde sus principios y hasta
la fecha, sus componentes son libres de sustentar el credo político o religioso
que mejor les convenga, por eso decimos que la palabra apolítica no quiere
decir antipolítico, ya que no se está contra ninguna doctrina, ni política ni
religiosa; por otro lado el hecho de manifestar que el Pentathlón Universitario
fue, es y será Institución apolítica, no quiere decir esto que dentro de sus
filas sus hombres sean hombres indefinidos, sino que siempre se les ha recomendado a los jóvenes del Pentathlón
Universitario, que dentro de lo que es su propia convicción, sean buenos
militantes, sean individuos definidos en su credo político o en su credo
doctrinario y dentro de lo que a ellos los define, sean hombres actuantes y
sean hombres dignos. Otra de las bases de sustentación que en los
conmemorativos de nuestra organización habría de motivar sus primeros pasos,
fue el de establecer las corrientes de amistad entre todos los jóvenes
mexicanos, organizar un conjunto de jóvenes amigos, de jóvenes esforzados, de
jóvenes intelectuales, siempre amigos, sin importar sus divergencias de
criterio, sin importar las características especiales de sus lugares de origen
y más aún, no importando ni su clase social ni su nivel intelectual, ya que el
propósito del Pentathlón Universitario no iba a circunscribirse al recinto de
la Universidad de México, sino desde el principio su propósito fue que nuestra
Institución, nuestro anhelo, se hiciera extensiva a la juventud campesina de
México y fuera también a alcanzar al joven obrero mexicano, en consecuencia,
ninguna diferencia de carácter económico, social o intelectual, podría
determinar diferencias dentro del propósito que se perseguía, y así después de
algunas reuniones previas se fijó una fecha y esa fue el 9 de julio del año de
1938, para que se reunieran los primeros elementos de esta Institución que
posteriormente recibió el nombre de Pentathlón Universitario En una calle
adyacente al viejo Estadio Nacional de la ciudad de México, a las seis en punto
de la mañana se reunieron doce estudiantes de la Facultad Nacional de Medicina.
Fue invitado para formar parte de ese núcleo de fundadores otro estudiante de
la Escuela Médico Militar, ex alumno del Heroico Colegio Militar, en aquel
entonces era un Teniente de Infantería.
A partir de esa fecha,
diariamente a las 6 de la mañana nos reuníamos en las calles adyacentes al Estadio
Nacional (Hoy Multifamiliar Benito Juárez) como ya lo dije. Las prácticas eran
particularmente de carácter militar de orden cerrado y de carácter deportivo.
Un gran ambiente de alegría y de
entusiasmo había entre este grupo pequeño de doce muchachos entusiastas. Se
determino que las reuniones fueran mientras el Pentathlón existiera a las seis
de la mañana, tratando de crear hábitos disciplinarios óptimos, uno de los más
importantes en la juventud, que inclusive tienen una explicación de carácter
fisiológico, en lo referente al aprovechamiento del día desde las primeras
horas; la hora de levantarse siendo esta hora temprana, permite al muchacho
cuando logra tener el hábito de levantarse casi a la madrugada, de poder
dominar cualquier dificultad que se le presente en el transcurso del día, ya
que aprovecha el día cabalmente.
Poco tiempo después asistían
muchachos de otras facultades universitarias; claro que muy al principio había
ciertos obstáculos para pertenecer al grupo, pues se exigía cierta estatura, pues
al tener jóvenes altos, grandes, si se llegaba a tener alguna dificultad, mejor
defendieran la naciente idea, contra los malos entendimientos o algunas
maquinaciones hostiles a este grupo. Al defender sus ideales estaban en un
rango y característica de verdadera fuerza. En muchas ocasiones el grupo dio
origen a burlas, choteos y ataques; los ataques fueron rechazados con ataques,
de los que siempre salimos victoriosos, y las burlas fueron combatidas
particularmente con una explicación serena de lo que el Pentathlón pretendía y
de lo que trataba de hacer, mediante el convencimiento de la razón y mediante
el respaldo de nuestra razón con nuestra fuerza, y así el Pentathlón que para
entonces ya se le llamaba así, empezó a marchar con el paso firme que actualmente
tiene, con la fibra que actualmente le caracteriza. Entre las personas que se
destacaron al principio y que no se incluyen en la lista de los fundadores,
tenemos la obligación de mencionar a muchachos, muchachos entonces, como RAFAEL
IZQUIERDO IBÁÑEZ, tenemos que mencionar a JORGE CEBALLOS LABAT, a ALBERTO
LIMÓN, tenemos que mencionar también a JORGE GARIBAY ROMANILLOS, que
posteriormente sería Comandante General del Pentathlón , mencionamos también
entre las figuras destacadas en nuestros inicios a ALFONSO PADILLA, y entre los
de mucha fibra y bondad a MARCELO MENDOZA PARADA, que también posteriormente
fue Comandante General de la Institución, a JOSÉ TORRES VALADÉZ, uno de los
muchachos más destacados en el aspecto militar. Sería muy larga la lista y en
los anales del Pentathlón deberá conservarse una larga lista que incluya los
nombres de los muchachos que más se destacaron en el principio, para que esta
Institución pudiera ser realidad; pero en una plática como la presente, quizá
fuera un poquito fatigoso para todos ustedes escucharla, pero si vale la pena
que todos ustedes conserven una relación de los muchachos que más se
destacaron.
Alguno podría preguntar a quién
se le ocurrió ponerle PENTATHLÓN UNIVERSITARIO?- ¿porqué esta Institución se
llama PENTATHLÓN?- Como decíamos antes, se trataba que en el grupo se
practicaran los deportes más adecuados a una formación integral de carácter
físico y que al mismo tiempo estuviera de acuerdo con el carácter de
acometividad de la propia Institución. Se pensó en los deportes que deberían
practicarse que fueran de carácter formativo y se determinó que fuera la prueba
del Pentatlón Olímpico la que se tratara de realizar. Esta prueba constaba de
las cinco siguientes pruebas: Carrera a pie a campo traviesa, tres kilómetros.
Carrera a caballo a campo traviesa, cuatro kilómetros. Natación, nado libre 300
metros. Tiro de pistola y Tiro de sable.
Tratando de realizar estas
pruebas se consideró que la Institución que podría ayudar a este conjunto, para
que se realizaran, era la Secretaría de la Defensa Nacional y particularmente
por lo que se refiere al tiro de pistola y a la equitación, y así se pidió esa
primera colaboración a la Secretaría de la Defensa Nacional. Se tuvo
acercamiento a una oficina que entonces existía que se llamaba de Remonta y
Veterinaria, se le pidió ayuda para que los jóvenes del Pentathlón que ya
sumaban algunos cientos para fin del año, de que pudieran ir a montar a los
distintos regimientos establecidos en la ciudad de México o en el Distrito Federal,
lo que se logró, y se estableció la obligación para los muchachos del
Pentathlón , de ir a montar los días jueves y sábados y en algunas ocasiones
hasta los domingos, fuera en el Segundo Regimiento de Artillería o en la
Escuela Superior de Guerra, fuera en el Centro de Jefes y Oficiales en
Instrucción, en Tacubaya, además de otros centros en los que se proporcionaban
caballos e instructores. Así los muchachos se iniciaron en la equitación
tratando de resolver uno de los puntos del Pentatlón Olímpico. La natación se
practicaba en los Baños del Chopo que eran propiedad de los hermanos ALBERTO y
RODOLFO LIMÓN. Rodolfo Limón un muchacho muy entusiasta y buen instructor de
natación, cubrió este otro requisito. La carrera, pues esa la practicábamos
todos los días y en cuanto al tiro de pistola no se pudo practicar en su
conjunto, únicamente pequeños grupos y en distintos lugares. El tiro de sable,
que también tenía algunas dificultades, se practicó en algunas ocasiones en los
mismos Baños del Chopo, con equipo proporcionado por los hermanos Limón.
De aquí se desprende que
asistiendo los muchachos diariamente y con interés a practicar las pruebas del
Pentatlón, sin que nadie quisiera ponerle un nombre especial al grupo por el
momento, aunque sí ya se pensaba en ello, los mismos jóvenes, los mismos
componentes de la naciente Institución, le llamaban ya PENTATHLÓN:-- “vamos al
Pentathlón “, “trabajamos en el Pentathlón “, y el Pentathlón por el hecho de
haber nacido en la Universidad, se le quiso distinguir con una categoría
especial y así nació la denominación de: PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITAR
UNIVERSITARIO.
Pero el Pentathlón no solamente
era deporte y marcha; era una Institución que debía hacer un esfuerzo
intelectual y moral, un esfuerzo social de equilibrio y de justicia, por lo que
se estructuraron CINCO PUNTOS, que al mismo tiempo que simbolizaban cada uno de
los deportes originales de la Institución, simbolizaran cinco puntos de una ley
respetada y deseable dentro del Pentathlón Universitario. Cada uno de esos
puntos en su aspecto ideológico se estructuraron en un PENTÁLOGO
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