(Conferencia
efectuada por el Comandante General “Ad vitam” de la Institución, Dr. Jorge
Jiménez Cantú, en la Primera Convención Nacional de Jefes del PDMU, durante los
días 5 y 6 de diciembre de 1956).
Colaboración:
Hector A. Neve Castro pentapm47
Para
grupo: pentas de corazón
Pero
el Pentathlon Militar no solamente es deporte y marcha; será una Institución
que debía hacer un esfuerzo intelectual y moral, un esfuerzo social de
equilibrio y de justicia, por lo que se estructuraron CINCO PUNTOS, que al
mismo tiempo que simbolizaban cada uno de los deportes originales de la
Institución, simbolizaran cinco puntos de una ley respetada y deseable dentro
del Pentathlon Universitario.
Cada
uno de esos puntos en su aspecto ideológico se estructuró en un PENTÁLOGO que
es el siguiente:
1.-
TENDRÉ AMOR ACRISOLADO A MÍ PATRIA, RESPETÁNDOLA Y ENGRANDECIÉNDOLA CON TODOS
LOS ACTOS DE MI VIDA.
2.-
SABRÉ HONRAR AL PENTATHLÓN CON EL VALOR DEL BUEN EJEMPLO Y LA SABIDURÍA DE LA
CONSTANCIA.
3.-
SERÉ FIEL A MI BANDERA, EMBLEMA DEL SUELO MEXICANO, NO TOLERANDO JAMÁS SU
MENOSPRECIO, OFRENDANDO MI VIDA EN GARANTÍA.
4-
NO MURMURARÉ JAMÁS NI PERMITIRÉ QUE ALGUIEN LO HAGA, EN DETRIMENTO DE MI GRUPO.
5.-
HARÉ QUE MÍ VALER COMO HOMBRE QUE TRABAJA, QUE AMA Y QUE PIENSA, SEA UNA
CONTRIBUCIÓN A LA GRANDEZA DE MI PUEBLO.
Estos
son los cinco puntos del Pentálogo que complementan ideológicamente las cinco
pruebas iniciales. Por esas fechas se pensó en tener una bandera que fuera
guión, no que substituyera la Bandera de México, sino que fuera eso, una
bandera guión representativa de ese Pentálogo y de los puntos originales. Se
creó la bandera guión que todos ustedes conocen y cuya bandera original se
conserva aún. Esta bandera está representada particularmente por una águila
bicéfala inspirada en el águila universitaria; el águila bicéfala universitaria
que es una cabeza de águila y una cabeza de cóndor simbolizando la unión de las
dos Américas en sus altos vuelos. La bandera guión nuestra es una águila
bicéfala, con sus alas constituidas por barras rectas símbolo de la energía y
sus garras símbolo de la fuerza. Las cabezas de estas águilas son enhiestas y
atrevidas, como atrevida es la idea y la pujanza pentathlónica; simbolizan el
pensamiento y la acción. Debajo de las garras de las águilas se encuentran
cinco estrellas que simbolizan los postulados pentathlónicos implícitos en el
Pentálogo que acaban ustedes de escuchar.
Esta
águila dorada, sobre un fondo azul, orlada por un margen de plata, simboliza la
pureza del ideal, ideal del espíritu, ideal del intelecto, considerando que los
ideales pentathlónicos están muy por encima del valor de las estrellas.
Nuestra
Institución crecía, nuestra Institución diariamente tenía mayores adeptos y
diariamente a las 06.00 hrs. de la mañana, se reunían de 200 a 300 jóvenes que
formando en sus secciones y en sus compañías, hacían sus ejercicios militares y
deportivos. Terminada la instrucción, debajo de los árboles se tenía la
oportunidad para platicar sobre los propósitos del Pentathlon.
Al
principio las reuniones eran en el Estadio Nacional; pero después en el Bosque
de
Chapultepec,
siempre a las 06.00 horas de la mañana, con los primeros rayos del sol. Ya toda
la Universidad Nacional Autónoma de México sabía que había un grupo de
esforzados que estaban trabajando por algo nuevo; ya teníamos representantes de
todas las escuelas universitarias. De los núcleos más distinguidos podemos
mencionar a los muchachos de la Facultad de Ciencias Químicas, que desde el
principio se destacaron tanto por su prestancia, como por su asiduidad, como
por su fibra en el trabajo. Pero a medida que crecía el número de muchachos,
crecían las necesidades; se iba a montar y no se tenía equipo con que montar;
entonces se pensó acercarse al Rector de la Universidad, el Dr. Gustavo Baz,
con el objeto de platicarle que se había organizado una Institución, el Pentathlon
Universitario; pedirle su ayuda franca y decidida, hacerle comprender cuales
eran los ideales de la Institución y así mediante su apoyo aproximarnos a las
esferas oficiales, particularmente a la Secretaría de la Defensa Nacional con
el objeto de que pudiera ayudar para el desarrollo de los distintos deportes y
se pudiera tener mejor resultado; y así tuvimos oportunidad de hablar del Pentathlon
Universitario con el Dr. Gustavo Baz por primera vez.
El
Dr. Gustavo Baz después de enterarse de los propósitos del Pentathlon y de sus
finalidades y del trabajo que empezaba a realizar, demostró un entusiasmo tan
cabal y tan juvenil como el de cualquier pentathlónico, se consideró desde ese
momento vinculado a la idea y a la acción y consideró que era ya una
organización necesaria para el País; consideró que ese brote que había nacido
de los jóvenes mismos tenía precisamente esa fuerza, la fuerza naciente de la
propia juventud, no algo impuesto, ni algo determinado por un decreto, sino
algo que había surgido de un espíritu de inquietud y de inconformidad con lo
existente, pero de anhelo para obtener cosas grandes. El Dr. Baz nos puso en
relación entonces con el Secretario de la Defensa Nacional, que en aquella
época era el Gral. Manuel Ávila Camacho, a quien visitamos. Nos recibió con su
habitual cordialidad, le enteramos concretamente de lo que el Pentathlon era y
de lo que el Pentathlon pretendía a favor de la juventud de México y de lo que
íbamos a pedirle para lograr algo de lo que eran nuestros propósitos.
Con
éstas o semejantes palabras el Gral. Manuel Ávila Camacho nos contestó:”Alabo y
me entusiasma esta nueva organización juvenil, creo que todo movimiento grande
de la juventud, debe surgir de la juventud misma. Si nosotros como gobierno
tratáramos de imponer a la juventud una línea de conducta, aunque esa línea de
conducta nos pareciera buena, probablemente la juventud no la aceptará,
precisamente por ese carácter de imposición que nosotros sin querer dárselo
pudiera atribuírsele; alabo y me entusiasmo con esta idea y en la medida de mis
posibilidades y mis esfuerzos, cuenten ustedes con mi apoyo”.
Todavía
no sabía él exactamente lo que íbamos a pedirle; lo que le íbamos a pedir eran
uniformes, uniformes para montar como teníamos que usar precisamente en
nuestras prácticas de equitación; se pidió un uniforme de caqui, pantalón de
montar y camisola y botas. Se pidieron 116 uniformes, porque en aquella época
116, un poco más, eran los muchachos que tenían la oportunidad de ser admitidos
en los centros de instrucción. Él ordenó inmediatamente que se le dieran al Pentathlon
esos uniformes y sugirió que los uniformes llevaran un color especial; nosotros
habíamos pensado que fueran efectivamente de un color especial. El primer
uniforme del Pentathlon Universitario fue de color caqui azul, azul marino. Se
le pidió un uniforme completo y dio sus órdenes; entonces se comunicaron con la
C.O.V.E. (siglas de la empresa que manufacturaba los uniformes del Ejército),
para que los confeccionaran. Uno de los ayudantes del Gral. Ávila Camacho nos
indicó que con toda seguridad nos serían entregados los 116 uniformes, pero que
probablemente los 116 pares de botas de montar no serían posibles; que si
aceptábamos y nos conformábamos, nos podían dar tubos-botas de los que usaban
los miembros de Artillería, con un par de zapatones, para cada uno de nosotros.
Como estábamos entusiasmados con el ofrecimiento del Gral. Ávila Camacho le
dijimos:- O nos dan las botas de montar o mejor no nos den nada, pensando que
nos iban a dar las botas de montar indudablemente. El resultado fue que no nos dieron nada, nos dieron los
pantalones de montar, la camisola y gorra cuartelera. Nada de tubos-botas y
zapatones en ésta vez.
Así se uniformó el Pentathlon por primera vez;
ustedes se pueden imaginar que el uniforme era un tanto abigarrado, pues unos
iban con alpinas, otros con polainetas de lona, otros con botas federicas de
montar, otros con botas mineras; en fin, pero más o menos el conjunto ya se
veía uniformado. Sobre la manga del brazo izquierdo se pusieron formando un
ángulo cinco estrellas simbolizando al Pentathlon y una estrella en la gorra
cuartelera.
Así
se continuaron las prácticas. Estaba próximo el 5 de mayo de l939, nuevamente y
a través del Dr. Gustavo Baz, tuvimos oportunidad de volver a hablar con el
Secretario de la Defensa Nacional; le manifestamos que el Pentathlon
Universitario ya estaba perfectamente organizado y trabajando y que deseaba
hacer su primera presentación en público, para que la juventud de México
tuviera noticia de los adelantos alcanzados y que deseábamos hacer nuestra
primera manifestación en público en la Ciudad de Puebla con motivo del 5 de
mayo, pero para que esto fuera posible, necesitábamos que él ordenara que se
nos dieran uniformes de un modelo que ya se tenía previsto, para que el Pentathlon
Universitario con todo decoro pudiera salir. A él le pareció bien y entonces
ordenó la manufactura de los uniformes que les llamamos desde entonces de media
gala; eran uniformes azules, de saco inglés, con botonadura pavonada, camisa
gris, franja gris en el pantalón y gorra cuartelera.
Únicamente
los jefes llevaban gorra de visera, con visera de charol y sobre la gorra el
escudo del Pentathlon bordado en oro.
Eran uniformes escasamente para
una Banda de Guerra, para la Escolta y una Compañía;
ustedes pueden comprender que al aviso de que había uniformes muy bonitos en el
Pentathlon, muchos de los muchachos que no se habían entusiasmado para
levantarse a las 06.00 de la mañana pese a los magníficos propósitos del Pentathlon
Universitario, cuando supieron que se trataba de los uniformes, hicieron cola
para recibir uno, cerca de 500 muchachos; naturalmente se les dio
exclusivamente a los que estaban en la Institución y que habían cumplido. Este
fue un pequeño gancho que motivó que muchos fueran con el aliciente del
uniforme.
El
4 de mayo de 1939 el Pentathlon Universitario se reunió en el Monumento a la
Revolución, con su gran bandera guión, con su primer abanderado que fue ANDRÉS
LUNA CASTRO, ejemplar muchacho en todos sentidos, físicamente un atleta, un
gran atleta, un hombre que medía más de 1.80 de estatura, considerado
probablemente como el mejor amigo entre todos, intelectualmente como el
muchacho más destacado y el mejor estudiante de la Facultad Nacional de
Medicina; a él, por cariño y por simpatía y por considerarlo el mejor, se le
designo como el primer abanderado del Pentathlon.
La
BANDERA GUIÓN del Pentathlon tenía
más de dos metros de longitud, era una bandera que únicamente un muchacho como
Andrés Luna Castro podría llevarla sin perder su marcialidad un solo momento.
En ésta primera escolta forman parte con él, otro amigo dentro del Pentathlon,
muy querido por todos ustedes, un gran entusiasta con las ideas, también otro
atleta ejemplar, amigo ejemplar, GUSTAVO MUÑOZ MIRELES, además iba GINÉS
NAVARRO DÍAZ DE LEÓN, el muchacho más cumplido; iba el que fue fundador de la
Escuela de Reclutas, MARCELO MENDOZA PARADA y JORGE HORÍA HORCASITAS. Esos
muchachos constituían la escolta de nuestra bandera guión. Se organizó la
columna, en columna de pelotones y desfilamos por primera vez por las calles
del Ejido, por la Avenida Juárez, por la calle de Francisco I. Madero a la
Plaza de Armas o sea a la Plaza de la Constitución, hasta la calle de Academia,
pasando el Pentathlon Universitario desfilando marcialmente y provocando
naturalmente el entusiasmo de la gente. La mayoría de las personas veían este
desfile con desconcierto, al no saber qué grupo era, ni de que se trataba,
máxime con aquella bandera enorme y no sabían cómo interpretarla, ni a que
correspondía. Por aquella época estaban de visita o iban a venir a visitar
México, un grupo de marinos chilenos; entonces nos confundieron con ese grupo.
Al
pasar frente a la Escuela de Artes Plásticas, frente a la Academia de San
Carlos, los muchachos de la Academia ya sabían de quien se trataba, y al pasar
la columna frente a la Academia de San Carlos, a los últimos pelotones, se les
propinó magnífico baño; desde las azoteas les echaron sus cubetazos de agua.
Fue la primera salida del Pentathlon Universitario y naturalmente tenía que
haber algún detalle con carácter universitario y ese carácter universitario fue
un baño. Naturalmente como entonces la disciplina no tenía un gran arraigo, la
última sección que fue la que recibió el baño, sin orden de su comandante,
rompió la formación y se metió a la Academia de San Carlos y subió hasta las
azoteas, con el objeto también en forma y con carácter universitario de
demostrarles que ellos también eran universitarios y que no se dejaban bañar
así como así y el Pentathlon universitario en aquella ocasión, pudo responder
en la misma forma e impidió que se le volviera a bañar en otra ocasión.
Se
abordaron los camiones que nos llevaron a Puebla y el 5 de mayo de 1939 el Pentathlon
Universitario hizo un papel brillante. La Banda de Guerra del Pentathlon
Universitario constaba como toda banda de guerra de cajas o tambores y
cornetas; los cornetas no sabían tocar, así que llevaban las cornetas debajo
del brazo, pero esto nadie lo sabía, exclusivamente nosotros y los tambores,
únicamente lo que sabían era marcar el paso, así que marcando el paso, eso sí
marcándolo muy bien y con mucha fibra, nos conquistamos los aplausos de toda la
población de esa Ciudad. Terminado el desfile tuvimos la visita de los
muchachos universitarios de la Ciudad de Puebla, que trataron de enterarse que
cosa era el Pentathlon; se les explicó y entonces pidieron autorización para fundar ellos el Pentathlon en Puebla,
autorización que les fue desde luego concedida, no solamente concedida sino que
fueron alentados y así nació en ese día el propósito de fundar el Pentathlon en
la Ciudad de Puebla.
Ya
antes habíamos recibido una comunicación de los muchachos de la Universidad
Autónoma de Guadalajara, algunos que eran de allá y que al mismo tiempo
pertenecían al Pentathlon Universitario, en esa carta enviada al Pentathlon, pedían
también instrucciones y autorización para organizar el Pentathlon en Jalisco.
Se les dio la autorización y organizaron el Pentathlon de Guadalajara. El primer Pentathlon que se organizó
después del de la Ciudad de México fue el de Jalisco. El segundo núcleo que se organizó
fue el Pentathlon de Puebla, a raíz
del desfile del 5 de mayo. Así trabajando el Pentathlon Universitario, se pensó
estructurarlo tanto en su organización interna, como darle un CÓDIGO que
constituyera una esencia inconmovible para siempre; se pensó que el joven,
fuera un joven de ideas nuevas, de ideas en evolución constante, que no fuera
un espíritu estacionario, sino que fuera un espíritu inquieto, que el joven del
Pentathlon y los conjuntos del Pentathlon, tendieran su mano de amigo, su mano
fuerte, sus corazones de amigos, también sus mentes inteligentes a todo joven
con el objeto de ayudarle. Pero era necesario que el Pentathlon tuviera una
LEY, tuviera bases que lo pudieran explicar en forma correcta, aunque siendo
una Institución en evolución constante no se le pudiera definir en forma
acabada, porque es algo que se está haciendo día con día, pero sí, que hubiera
la posibilidad de dar por lo menos las directrices de su conducta y las
directrices de sus propósitos, y así se empezó a formular el CÓDIGO FUNDAMENTAL
DEL PENTATHLÓN UNIVERSITARIO.
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